viernes, 20 de septiembre de 2013

¿Por qué se soporta la magia? Una mirada al “Árbol de Diana” de Alejandra Pizarnik


ut most of us carry in our heart the Jocasta
who begs Oedipus for God's sake not to inquire any further
. . .
Schopenhauer to Goethe, November 1815


“Árbol de Diana” de Alejandra Pizarnik representa la cristalización verbal por amalgama de la pasión, insomnio y lucidez en una solución de realidad. El compuesto no contiene ninguna partícula engañosa en absoluto. Árbol de Diana es transparente, nace de la hostilidad del clima, la inclemencia de los discursos y peleas a gritos, la opacidad general de las especies pensantes, debido a un fenómeno de compensación conocido como la estimulación de las propiedades luminosas en las tierras donde fue engendrada. No tiene raíces, el tallo es un cono de luz ligeramente obsesivo; las hojas son pequeñas, cubiertas por cuatro o cinco líneas de escritura fosforescente que contienen brotes elegantes y agresivos, bordes dentados, flores son diáfanas, y mujeres separadas de los hombres. Los antiguos creían que el arco de la diosa era una rama que cuelga del árbol de Diana. La cicatriz del tronco era considerada como el sexo (femenino) del cosmos. Puede referirse a una higuera mítica (la savia de las ramas es lechosa, lunar). El mito puede aludir a sacrificarse por desmembración: al dolor físico en cada luna nueva, con el fin de estimular la reproducción de las imágenes en la boca de las profetisas (arquetipo de la unión de los mundos inferiores y superiores). El árbol de Diana es uno de los atributos masculinos de la deidad femenina. Algunos ven en esto la confirmación suplementaria del origen hermafrodita de la materia gris y, tal vez, toda la materia, otros deducir que se trata de un caso de expropiación de la sustancia masculina solar: el rito sería sólo una ceremonia de mutilación mágica del rayo primordial. En el estado actual de nuestros conocimientos, es imposible decidir sobre cualquiera de estas hipótesis.
En efecto, debido a su extraordinaria transparencia, pocos pueden verlo. La soledad, la concentración y el refinamiento general de la propia sensibilidad son requisitos indispensables para la visión. Basta recordar que el árbol de Diana no es un cuerpo que se puede ver: es un objeto (animado) que nos permite ver más allá, un instrumento natural de la visión. En cualquier caso, una pequeña prueba de la crítica experimental, de manera efectiva y definitiva, enterrar los prejuicios de la ilustración contemporánea: colocado frente al sol, el árbol de Diana refleja sus rayos y los une en un filamento central que se llama un poema, que produce un calor luminoso capaz de quemar, de la fusión y volatilización incluso los no creyentes. Esta prueba se recomienda para los críticos literarios de nuestra lengua.


Árbol de Diana
1
He dado el salto de mí al alba.
He dejado mi cuerpo junto a la luz
y he cantado la tristeza de lo que nace.

2
Estas son las versiones que nos propone:
un agujero, una pared que tiembla...

3
sólo la sed
el silencio
ningún encuentro
cuídate de mí amor mío
cuídate de la silenciosa en el desierto
de la viajera con el vaso vacío
y de la sombra de su sombra

4
                                               Ahora bien:
Quién dejará de hundir su mano en busca
del tributo para la pequeña olvidada. El frío
pagará. Pagará el viento. La lluvia pagará.
Pagará el trueno.

5
por un minuto de vida breve
única de ojos abiertos
por un minuto de ver
en el cerebro flores pequeñas
danzando como palabras en la boca de un mudo

6
ella se desnuda en el paraíso
de su memoria
ella desconoce el feroz destino
de sus visiones
ella tiene miedo de no saber nombrar
lo que no existe

7
Salta con la camisa en llamas
de estrella a estrella,
de sombra en sombra.
Muere de muerte lejana
la que ama al viento.

8
Memoria iluminada, galería donde vaga
la sombra de lo que espero. No es verdad
que vendrá. No es verdad que no vendrá.

9
                                              A Aurora y Julio Cortázar

Estos huesos brillando en la noche,
estas palabras como piedras preciosas
en la garganta viva de un pájaro petrificado,
este verde muy amado,
este lila caliente,
este corazón sólo misterioso.

10
un viento débil
lleno de rostros doblados
que recorto en forma de objetos que amar

11
ahora
           en esta hora inocente
yo y la que fui nos sentamos
en el umbral de mi mirada

12
no más las dulces metamorfosis de una niñ3; de seda
sonámbula ahora en la cornisa de niebla

su despertar de mano respirando
de flor que se abre al viento

13
explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome

14
El poema que no digo,
el que no merezco.
Miedo de ser dos
camino del espejo:
alguien en mí dormido
me come y me bebe.

15
Extraño desacostumbrarme
de la hora en que nací.
Extraño no ejercer más
oficio de recién llegada.

16
has construido tu casa
has emplumado tus pájaros
has golpeado al viento
con tus propios huesos
has terminado sola
lo que nadie comenzó

17
Días en que una palabra lejana se apodera de mí. Voy por esos días
sonámbula y transparente. La hermosa autómata se canta, se encanta,
se cuenta casos y cosas: nido de hilos rígidos donde me danzo y me
lloro en mis numerosos funerales. (Ella es su espejo incendiado, su
espera en hogueras frías, su elemento místico, su fornicación de nom-
bres creciendo solos en la noche pálida.)

20
                                                               a Laure Bataillon

dice que no sabe del miedo de la muerte del amor
dice que tiene miedo de la muerte del amor
dice que el amor es muerte es miedo
dice que la muerte es miedo es amor
dice que no sabe

21
he nacido tanto
y doblemente sufrido
en la memoria de aquí y de allá

22
en la noche
un espejo para la pequeña muerta
un espejo de cenizas

23
una mirada desde la alcantarilla
puede ser una visión del mundo
la rebelión consiste en mirar una rosa
hasta pulverizarse los ojos

32
Zona de plagas donde la dormida come lentamente
su corazón de medianoche.

33
alguna vez
                   alguna vez tal vez
me iré sin quedarme
                   me iré como quien se va


34
la pequeña viajera
moría explicando su muerte

sabios animales nostálgicos
visitaban su cuerpo caliente

35
a Ester Singer

Vida, mi vida, déjate caer, déjate doler, mi vida, déjate enlazar de fuego, 
de silencio ingenuo, de piedras verdes en la casa de la noche, 
déjate caer y doler, mi vida.


37
más allá de cualquier zona prohibida
hay un espejo para nuestra triste transparencia


38
Este canto arrepentido, vigía detrás de mis poemas'
este canto me desmiente, me amordaza.